Qué permite el camino
No todos los caminos conducen a Roma, y es bueno tenerlo presente.
En algún lugar y momento histórico ese dicho fue cierto. Luego, un refrán oportuno y -a veces- una fuerte creencia.
En algún lugar y momento histórico ese dicho fue cierto. Luego, un refrán oportuno y -a veces- una fuerte creencia.
Cuando creo que todos los caminos conducen al mismo lugar, da igual la decisión que tome. Supuestamente igual “llegaré” a donde iba.
Esto es peligroso si quiero vivir de forma consciente.
Porque hay caminos que no llevan a ningún lado. Otras, la vegetación tiende a cubrirlos. Hay unos que están cuidadosamente delimitados, con señales de por dónde y de qué manera se deben circular. Otros permiten inventar.
Todos y cada uno de ellos fueron creados para pasar de un lado a otro. Hasta los caminos sin salida fueron pensados con algún objetivo, aunque los vea como sitios en que puedo quedar atrapada.El punto -me digo ahora, en que elijo un camino por dónde ir- el punto no es el camino sino lo que el camino permite. A dónde me lleva. Bajo qué condiciones. Transitando por cuál contexto.
De a poco aprendo que, de acuerdo a lo que elijo transitar, es la vida que construyo.