Evitar vuelve difícil transformar lo que ahora es

Evitar a toda costa vivir en la situación que vivo ahora pretextando que el dueño de casa debe solucionarla ya, vuelve muy difícil que descubra ocasiones para transformar la manera en que vivo lo que ahora vivo. Cuando me siento impotente noto que me quejo a otros, les expreso mi enojo. 

¿Por qué no hacés algo en lugar de quejarte? me dijo una persona hace unos días. Y yo me puse a buscar otra casa casi desesperadamente. 

Es decir, a crear caminos para huir de la situación.

Siento que sigo negando lo que es

¿Irme es el único camino?, pienso ahora que me di cuenta de cómo llego a tolerar lo intolerable. ¿Solo puedo huir, cambiar de lugar? No digo que no sea válida esa posibilidad, lo que pasa es que la percibo como la única acción sana que puedo tomar (a diferencia de la rabia y la queja de semanas atrás). Pero, ¿luchar o huir son los únicos caminos? 

La realidad de humedad no la quiero, y eso queda claro. Pero aunque me vaya, siento que sigo escapando de lo que ahora es. Esperando que cambie en el futuro, en la próxima casa. Claro que huir es la mejor opción en muchos casos. Lo que no tengo claro es si lo es ahora en el mío. 

Y no lo tengo claro porque, enfrascada en huir como única posibilidad, no reconocí hasta anoche otras alternativas. Estaban ahí desde antes, incluso recuerdo que pensé en ellas cuando recién me mudé. Antes de saber que tendría que lidiar con el agua y la humedad. Sin embargo, como no las actué en aquel momento ya no las veía. Ni siquiera registraba que estas acciones podrían mejorar mi relación con el presente que transito. 

Verlas no quiere decir que elija esas alternativas. Lo que señala es que mi foco de atención se abre del problema original y se centra en lo que hay en el todo que hoy vivo.

Si cambia mi actitud, todo cambia

Anthony de Mello s.j. dice Nada ha cambiado excepto mi actitud. Por eso, todo ha cambiado.

Y nunca fue tan cierta esta afirmación como anoche, en que algo me sacó del lugar de víctima (no me gusta esto o tiene que hacerse cargo y solucionarlo) y me colocó en el de la decisión. La decisión me lleva a no tolerar lo intolerable, incluso cuando lo intolerable me lo provoco yo a través de la elección de huir de la situación que vivo.

Cuando quito el foco del problema, cuando logro ver la totalidad de mi realidad actual -incluidos los pajaritos del bosque cercano además de la humedad de la casa-, cuando no me centro en el debería ser otra cosa y acepto que la humedad también forma parte de mi realidad actual, percibo diferente lo que ahora sucede. 

Estas variaciones en mi percepción llevan a que me pregunte si no hay ideas nuevas. Ideas en las que aún no pensé enfocada en el no quiero esto. Ideas que ofrezcan una mejor solución a las dos que manejé hasta ayer: 

• quedarme en la humedad porque ya dijeron que no van a reparar 
• o irme de una zona que me encanta.

Y encuentro que sí las hay. Hay dos cosas que pueden solucionar la humedad y permitirme quedar aquí. ¿Vale pagar el costo que tienen? 

Eso lo tengo que analizar. 

Pero, en el caso que decida que no lo vale, ya no estaría huyendo. Simplemente, cerraría un ciclo sin pelearme con lo que ahora vivo.