Cuando supe quién era, supe qué hacer

 Cuando supe quién era, supe qué hacer

¿Quién soy hoy? ¿Qué narrativa explica mi presente y condiciona mi futuro? 
Me encantó esa frase de Juana: Cuando supe quién era, supe qué hacer

Abandonar lo que tengo entre manos cuando creo que no va a funcionar, es lo que siempre hago. Ese es mi karma. 
Dejo buenas ideas, buenos inicios, prometedores proyectos a medio camino porque no logro sostener mi lucha y dejar de sentir miedo.

La inseguridad me da miedo. Comprometerme me paraliza. 

Cuando me quedaba el último examen para recibirme de maestra demoré casi seis meses en presentarme a darlo. Qué voy a hacer después, le pregunté a un amigo en busca de consuelo; Soy estudiante, no sé ser maestra.
Él me dijo: El miedo es el primer paso.

Funcionó para dar el paso. Pero introdujo una creencia que arrastré durante siglos: el miedo termina cuando empiezas a caminar.
Eso no es cierto. 
El miedo nunca termina. Camina junto a mi. Me sigue a donde voy.  

No me había dado cuenta de que era miedo porque se disfraza de acuerdo a la situación vital que transito. A veces se presenta como deseo de algo nuevo. Otras como necesito que todos se comprometan y me apoyen para que funcione este proyecto. Y muchísimas otras maneras absurdas y diversas en las que, ahora que miro, veo que es el mismo y viejo miedo conocido.

Así que, siguiendo los pasos de Juana en este saber quién soy para saber qué hacer, me digo: Soy una mujer con el mismo miedo al rechazo que adquirió de niña y que actúa escondiéndose o abandonado cada vez que el miedo la ataca. 

Ahora que sé quién soy, sé qué hacer.


Entradas populares